Por no obtener respuesta de manera pronta a su solicitud, cientos de centroamericanos se amotinaron la noche del martes con golpes en las rejas y gritos para que fueran atendidos, entre sus denuncias, también señalaron detenciones arbitrarias y falta de atención médica y migratoria.
Hasta ese momento, un total de dos mil migrantes permanecían en el albergue de Piedras Negras, de los cuales mil 200 están en trámite de recibir tarjeta humanitaria, 250 han decidido regresar a su país y 150 fueron deportados por no contar con documentos.
Las protestas continuaron el miércoles, cuando los migrantes acusaron estar encerrados por policías federales y estatales, quienes vigilan el lugar.
Ante la consecución de las manifestaciones, las autoridades retiraron las unidades en las que se ofrecían servicios médicos y migratorios.
Además, cien migrantes que participaron en el intento de motín fueron trasladados a otras fronteras como Reynosa, Tamaulipas y Ciudad Juárez, Chihuahua.
Será en estos diferentes puntos donde deberán esperar hasta conocer si la solicitud de asilo fue aceptada o rechazada por el gobierno mexicano.
Por su parte, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís y el representante del Gobierno Federal en Coahuila, Reyes Flores Hurtado informaron que hay personas que están siendo deportadas por tener antecedentes penales, o por posiblemente pertenecer a la Mara Salvatrucha.
El albergue será cerrado en un máximo de 10 días de acuerdo con autoridades y no hay posibilidades de recibir más migrantes de otras caravanas.
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