De acuerdo a la evidencia presentada, los correos del hijo del exmandatario siguieron la ruta Albany-México-Nueva York, tras generarse en la dirección electrónica de la representante legal Kristin Keefle, hacia la filial en México de Executive Success Programs (ESP) y directo al correo de Salinas Occelli, quien lo reenvió a un hombre identificado como Federico Valenzuela Peña antes de que terminara en la bandeja del investigador privado James Mulvaney.
Los textos señalan las conversaciones con un hombre identificado como Tony Zarattini, habla de una supuesta extorsión contra Nxivm que había generado “una investigación en varios países”. Salinas Occelli contrató a la empresa de investigación privada Tactical Intel Inc., con sede en Nueva York, para obtener información sobre un grupo de personas que amenazaba con afectar la operación de la empresa, y encontrar información financiera que sustentara, en un proceso jurídico, los beneficios económicos que obtuvo el supuesto grupo de personas al afectar las operaciones y a los clientes de la metodología ESP.
De acuerdo a Milenio ESP México realizó denuncias ante las autoridades mexicanas, una de ellas depositada en la carpeta CI- FSP/B/UI-B-1 C/D/03510/10-2017, de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México.
El agente Weniger aseguró que entre las personas que la empresa privada investigaba estaban reporteros y editores de Times Union y Metroland, un testigo contra Raniere y el magnate de la empresa licorera Seagram, Edgar Bronfman, padre de Clare y Sara, integrantes de Nxivm.
A pesar del cobro de 400 mil pesos por la investigación, la información proporcionada por Tactical Intel Inc. fue falsa.
A pesar de ser responsable de la organización en México, Salinas Occelli ha negado cualquier actividad ilegal: “Durante toda mi vida he sido promotor del respeto a la libertad y los derechos humanos”, publicó en Twitter en 2018.
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