Ciudad Hidalgo, Chiapas.- El vaivén de decenas de balsas que a cada minuto cruzan el río Suchiate, frontera natural entre México y Guatemala, se ha visto alterado desde hace tres semanas por la presencia de uniformados armados en la ribera mexicana.
Sus miradas y porte marcial contrastan con el aspecto sencillo de los pobladores de la zona, que usan el río para ir de un lado a otro de la frontera -a pesar de la nueva disposición oficial de hacerlo por el punto de control en el puente- cargando bolsas de mercado, o a lo más cajas de leche, galletas, huevos o cerveza, con los que algunos comerciantes abastecen sus negocios.
Este tránsito, a todas luces ilegal, ha sido la norma en esta frontera «porosa», como la definen analistas, cruzada por mexicanos y guatemaltecos en balsas, hechas de madera y grandes neumáticos.
Todo el tiempo ha sido el pase libre, de aquí para allá y de allá para acá. Nunca hemos tenido problema con eso hasta ahora», dice Norman Marín, guatemalteco de 34 años dedicado a importar automóviles desde Estados Unidos.
Marín había cruzado con un grupo de amigos al lado mexicano, pero se aprestaba a volver al lado guatemalteco e ingresar, por orden de un agente migratorio, por el puente fronterizo Rodolfo Robles, paso oficial entre la guatemalteca Tecún Umán y la mexicana Ciudad Hidalgo.
«Ni modo, tenemos que acatarlo, esa es la ley», dice.
El despliegue, que incluye la movilización de 6,000 soldados al sur de México y ha alterado la vida de esta región, fue la respuesta de las autoridades mexicanas a la amenaza de represalias comerciales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump conminó a México a reducir la escalada de migrantes centroamericanos indocumentados que pasan por su territorio con destino a Estados Unidos.
Hace tres semanas, en la ribera mexicana del Suchiate no había agentes de seguridad o migratorios y el flujo de balsas trasladando personas y mercancías fluía sin restricciones.
Pero todo ha cambiado. Miembros de la Guardia Nacional, la policía federal y del Instituto Nacional de Migración (INM) están apostados en al menos nueve puntos del Suchiate, solicitando identificaciones a todos los que cruzan, según refirieron los propios agentes.
Mientras sean aquí fronterizos no hay ningún problema, ahora si son hondureños o más retirado, salvadoreños, esos sí van para atrás», dice sobre el operativo un agente migratorio de 41 años que pidió mantener su identidad en reserva.
Si se detecta a ciudadanos de Honduras, El Salvador, Nicaragua u otras nacionalidades sin papeles migratorios, el protocolo indica detenerlos y trasladarlos a la estación migratoria Siglo XXI de Tapachula donde son retenidos hasta concretar su deportación.
lunes, 22 de julio de 2019
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