La representante del órgano de preservación de la fauna, señaló que si bien el fenómeno del sargazo por sí sólo no afecta el proceso de reproducción de la especie, la presencia de barreras artificiales y barcos sí pone en riesgo tanto a las madres en su salida del mar para depositar sus huevos en la arena, como a las crías que más tarde deben regresar al agua en búsqueda de las corrientes marítimas que les permitan sobrevivir.
Asimismo, la experta advirtió que siendo poco más de 20 mil las tortugas que acuden cada año a las orillas del Caribe mexicano para anidar alrededor de 100 huevos cada una, el total de especímenes que podría verse afectados ronda los 2 millones.
Por su parte, el jefe del programa tortugas marinas de la Rivera Maya-Tulum, Leonel Gómez, explicó: “Nuestro temor es que una vez que las crías dejen el cascaron y avancen hacia el mar en busca de las corrientes marinas, sean absorbidas por estos barcos y terminen atrapadas en los grandes bultos de sargazo que se sacan a diario”.
“Todo lo que sacan o barren de las playas lo acumulan en grandes montañas cercanas a los arenales, y si por error echan el sargazo sobre algún nido eso los va a coser, porque cambia totalmente la temperatura de la arena, se calienta por los lixiviados”, concluyó.
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