Medios de comunicación y legisladores demócratas habían protestado ante la decisión de Trump se atribuirse tanto el papel de cliente del club (en tanto integrante del gobierno) como de vendedor (en tanto propietario de las instalaciones). ¿Quién debería fijar el precio del alquiler?
El presidente «se vio evidentemente sorprendido» por la magnitud de los cuestionamientos, señaló Mick Mulvaney. «Su oficio es la hotelería y quería acoger a los mayores líderes del mundo y brindarles el mejor espectáculo posible», agregó.
El presidente atribuyó la polémica a la «hostilidad enfermiza e irracional de los medios y de los demócratas».
El presidente señaló que empezarán a buscar otro sitio para el encuentro de los líderes de las potencias mundiales y no descartó la posibilidad de Campo David, la residencia de descanso asignada al ejecutivo de los Estados Unidos.
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