New York, USA, 24 noviembre 2020.- No hay país que escape a la epidemia de coronavirus ni tampoco ninguno que quede al margen de la explosión colateral de las agresiones contra las mujeres que han empeorado en todo el mundo a causa de las restricciones impuestas por la Covid-19.
El próximo miércoles se celebra el Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el panorama a escala global es desolador.
En Nigeria y en Sudáfrica se dispararon las violaciones, en Perú aumentaron las desapariciones de mujeres y, en Brasil y en México los feminicidios.
En Europa las asociaciones que asisten a las mujeres víctimas de violencia están desbordadas.
Según datos de ONU Mujeres publicados a finales de septiembre, el confinamiento conllevó un incremento de las denuncias o de las llamadas a las autoridades por violencia doméstica del 30% en Chipre, 33% en Singapur, 30% en Francia o 25% en Argentina.
En todos los países, obligados a decretar medidas de restricciones a los desplazamientos para frenar la propagación del virus, las mujeres y los niños se vieron atrapados en hogares poco seguros.
«La casa es el lugar más peligroso para las mujeres», recordaban en abril una treintena de asociaciones marroquíes, que reclamaban al gobierno «una respuesta urgente».
En todo el mundo, con las instituciones funcionando a medio gas, los cierres de empresas y de espacios culturales y deportivos y de escuelas, las víctimas se han quedado sin escapatorias, a lo que se suma el impacto económico que ha tenido el virus en multitud de hogares.
A nivel mundial, solo un país de cada ocho ha puesto en marcha medidas para atenuar los efectos de la pandemia en mujeres y niñas, según ONU Mujeres.
Este año, a causa de las restricciones sanitarias, la tradicional movilización que suele conllevar el 25 de noviembre, Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, es incierta.
Con todo, recientemente se celebraron manifestaciones por los derechos de las mujeres en Namibia, Liberia, Costa Rica, Guatemala o Rumanía.
«No podremos manifestarnos para expresar nuestra ira ni caminar para luchar juntas, pero por lo menos haremos que se escuchen nuestras voces, virtual y visualmente», advirtió en París el movimiento feminista Planning Familial.
A largo plazo, las consecuencias del coronavirus en los derechos de las mujeres podrían ser muy graves.
En julio, Naciones Unidas advirtió que seis meses de restricciones sanitarias podían comportar 31 millones de casos adicionales de violencia sexista en el mundo, siete millones de embarazos no deseados y poner en riesgo la lucha contra la mutilación genital femenina y los matrimonios amañados.
martes, 24 de noviembre de 2020
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