Emiratos Árabes Unidos, 23 noviembre 2020.- El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, aprovechó su gira por Oriente Medio para insistir en su política de «presión máxima» contra Irán, que promete endurecer hasta el final, con la esperanza de que el futuro presidente Joe Biden haga «buen uso» de ella.
«Esta administración está aquí hasta el 20 de enero» y «seguirá aplicando sus políticas hasta el final», aseguró un responsable del departamento de Estado en Abu Dabi.
Aunque Joe Biden no ha sido una cuestión abordada públicamente en este viaje a Israel, Emiratos Árabes Unidos y Catar, que debe concluir el domingo en Arabia Saudita, donde Pompeo se reunirá con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
Máxime cuando, antes de partir, Pompeo mencionó, contra toda evidencia, la hipótesis de una «segunda administración Trump», ya que el presidente republicano saliente sigue sin reconocer su derrota.
Pero en la práctica, la diplomacia de su gobierno parece ante todo haber querido insistir en especial en su estrategia respecto a Irán, de cara a la alternancia en Washington.
En todas sus entrevistas, Mike Pompeo reiteró la necesidad de combatir «la influencia nefasta de Irán». En Jerusalén, publicó un comunicado para afirmar que «la campaña de presión máxima contra el régimen iraní continúa siendo extraordinariamente eficaz».
«En las próximas semanas y [próximos] meses, vamos a imponer nuevas sanciones a Irán», adelantó, advirtiendo al mismo tiempo a aquellos que estarían tentados de dar marcha atrás.
En 2018, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo internacional firmado tres años antes con Irán para impedirle desarrollar el arma nuclear, al considerarlo insuficiente. Desde entonces restableció y endureció las sanciones contra Teherán.
La administración Trump asegura que la «presión máxima» es un «enorme éxito». Ha «privado al régimen de miles de millones de dólares de ingresos que habría distribuido a sus milicias regionales», declaró el domingo el alto responsable estadounidense en Abu Dabi.
Antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, Joe Biden aseguró que estaba dispuesto a reincorporar a su país al acuerdo sobre el programa nuclear iraní, a condición de que Teherán vuelva a «respetar rigurosamente sus compromisos».
Desde entonces, Teherán multiplicó las señales de apertura, prometiendo que volvería «automáticamente» a las bases del acuerdo si el futuro presidente levanta las sanciones.
Los detractores del gobierno republicano lo acusan de querer convertir en irreversible la escalada con Irán para que Biden no pueda reanudar el diálogo.
Más allá de las sanciones, se está especulando cada vez más en la región sobre las acciones espectaculares que la administración Trump podría emprender en sus últimas semanas.
lunes, 23 de noviembre de 2020
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