domingo, 1 de noviembre de 2020

Suman 51 muertos por sismo en Turquía y Grecia

Turquía, 1 noviembre 2020.- Equipos de rescate luchaban el sábado para encontrar supervivientes entre los escombros de los edificios que se derrumbaron en el oeste de Turquía tras un fuerte sismo la víspera, que causó al menos 51 muertos en este país y en Grecia.

En Bayrakli, en la provincia turca de Esmirna, socorristas intentaron durante toda la noche abrirse paso a través de un gigantesco montón de hormigón y acero, los restos de un edificio de viviendas de siete plantas, según una corresponsal de la AFP.

Algo más lejos, se oyeron los gritos de la multitud cuando los socorristas extrajeron un cuerpo sin vida de entre los escombros, transportándolo dentro de una bolsa mortuoria negra.

El sismo, cuya magnitud fue evaluada en 7 por el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS) y en 6.6 por las autoridades turcas, se produjo el viernes por la tarde en el mar Egeo, al suroeste de Esmirna, la tercera mayor ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos.

La sacudida fue tan fuerte que se sintió hasta en Estambul y Atenas. Además, provocó un minitsunami que inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada cerca del epicentro, y barrió las costas de Samos.

Ante esta catástrofe, Turquía y Grecia dejaron sus disputas diplomáticas a un lado, y se mostraron dispuestos a ayudarse.

En Grecia dos jóvenes murieron y nueve personas resultaran heridas. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, viajó el sábado por la tarde a Samos, donde la situación «es extremadamente difícil», según Protección Civil.

La costa egea turca, densamente poblada, fue la más afectada. En Turquía, 51 personas fallecieron y más de mil resultaron heridas, según la Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD).

Desde el terremoto, un centenar de personas fueron rescatadas vivas de entre los escombros, indicó el sábado el ministro turco de Medioambiente, Murat Kurum. Dos mujeres fueron salvadas 17 horas después del temblor, según el gobierno.

En Bayrakli, distrito que cuenta con unos 300,000 habitantes, las autoridades instalaron tiendas para que las familias pudieran pasar la noche.

Otros, con menos suerte, durmieron en sacos de dormir sobre un césped, y algunos en sus coches.

En el barrio, los rescatistas reclamaban a veces silencio, con la esperanza de oír a posibles supervivientes, antes de continuar su búsqueda.

Muchos residentes, cuyas viviendas resistieron al temblor decidieron igualmente quedarse fuera. El miedo a las réplicas es enorme: desde el sismo principal el viernes, la tierra tembló cerca de 500 veces, según las autoridades.

Más de 6,000 efectivos de rescate fueron movilizados en la región afectada, según la presidencia turca.

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