Houston, USA, 10 agosto 2022. La NASA ha dado luz verde a la misión Artemis I, que partirá hacia nuestro satélite a partir del 29 de agosto (aún no hay fecha concreta y se podría retrasar hasta incluso mediados de septiembre), dando el pistoletazo de salida a la nueva era de la conquista lunar.
Esta misión será la prueba de fuego para el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), el megacohete que volará por primera vez para llevar a la cápsula Orión en órbita en torno a la Luna en un viaje de ida y vuelta que durará algo más de un mes. Una suerte de ‘simulacro’ para probar los equipos antes de enviar una misión tripulada y, después, la definitiva, que aterrizará sobre nuestro satélite.
«Nuestros equipos han estado trabajando muy duro durante mucho, mucho tiempo para llegar a este punto», afirmó durante una rueda de prensa online Rick LaBrode, director principal de vuelo de Artemis 1 en el Centro Espacial Johnson (JSC) de la NASA. «La misión es muy especial y estamos muy emocionados».
Si todo sale según lo planeado, el 29 de agosto, el SLS rugirá a través de la atmósfera para alcanzar la órbita en solo 8.5 minutos. La etapa superior del enorme cohete desplegará a Orión en una órbita de inyección translunar entre 80 y 90 minutos después del despegue. Esos hitos darán inicio a alrededor de un mes llenos de acción en el espacio para Orion. "Casi no habrá tiempo para recuperar el aliento. "Ya nos hemos puesto en marcha", señaló Judd Frieling, director de vuelo de ascenso y entrada de Artemis 1.
A medida que Orión se eleve hacia la Luna, la etapa superior del SLS tendrá la tarea de desplegar varios cubesats, que se quedará orbitando nuestro satélite; por su parte, Orión apuntará a una órbita lunar retrógrada. Permanecerá allí durante varias semanas, luego recibirá la ayuda de la gravedad de la luna para el viaje de regreso a la Tierra.
La nave espacial tiene tres objetivos principales: demostrar que puede regresar a través de la atmósfera de la Tierra de manera segura; que puede trabajar de manera constante en un ‘entorno de vuelo’ desde el lanzamiento hasta el amerizaje; y, finalmente, que puede mantener a salvo a los astronautas tras la reentrada. De forma adicional, la nave tomará ‘selfies’ de sus paneles solares para mantener la atención de la sociedad sobre el viaje.
«Por ejemplo, cuando lleguemos al punto en el que estemos más lejos que cualquier nave espacial tripulada, más allá de lo que llegó cualquiera de los vehículos Apolo, difundiremos este hito a través de un evento», explicó LaBrode.
El último gran hito de la misión de Orión será un reingreso de alta velocidad a través de la atmósfera de la Tierra, con el objetivo de amerizar en la costa de San Diego. Descenderá al Océano Pacífico en paracaídas y, justo antes de llegar, realizará una maniobra de «orientación de aterrizaje» para deslizarse entre las olas del océano en el ángulo correcto.
Allí, la energía del vehículo permanecerá encendida durante aproximadamente dos horas para probar si Orión mantiene de forma adecuada la temperatura del interior de la cápsula. Después, un barco de la Marina de los EU recuperará la nave.
Después de la misión, vendrán meses de análisis para garantizar que SLS y Orión están listos para transportar humanos. El cronograma actual exige que Artemis II lleve una tripulación en órbita lunar en 2024 y que Artemis III, la primera misión humana de alunizaje desde el Apolo 17 en 1972, aterrice en la superficie a partir de 2025.
miércoles, 10 de agosto de 2022
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