Bruselas, 17 julio 2023. Líderes de la Unión Europea y América Latina se reunirán este lunes para una importante cumbre de parientes lejanos de dos días. Aún estaba por ver si sería un alegre reencuentro de viejos amigos.
El último encuentro de esa clase se celebró hace ocho años. Desde entonces, la pandemia del COVID-19 y los tres años de ausencia de Brasil de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) han hecho mayor la separación de los dos bandos.
“Desde luego, el mundo ha cambiado en ese tiempo”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “De modo que necesitamos que nuestros buenos amigos estén a nuestro lado en estos tiempos inciertos”. Sin embargo, la incertidumbre se cierne sobre la cumbre.
Las diferencias sobre la guerra de Rusia en Ucrania, comercio, deforestación y reparaciones por la esclavitud añaden más emoción a una cumbre de dos días que ya se considerará un éxito si todos acuerdan reunirse más a menudo a partir de ahora.
Desde luego, la UE de 27 países tiene parte de la culpa por ese alejamiento. “Durante demasiados años, Europa ha dado la espalda a la que es, sin duda, la región del planeta más compatible con Europa”, dijo en un comunicado José Manuel Albares, el ministro de Exteriores de España, que ostenta el turno de presidencia del bloque.
Varios países de la UE tienen lazos centenarios con América que durante mucho tiempo se basaron en esclavitud y explotación colonial. E incluso una vez los países latinoamericanos lograron la independencia de las metrópolis europeas, en ocasiones hace hasta 200 años, el comercio fue durante demasiado tiempo una vía de una sola dirección que beneficiaba de forma primordial y mayoritaria a los europeos.
Pero en el siglo XXI, China ha hecho un esfuerzo por ganar influencia y lazos comerciales en América Latina, y la UE es consciente de que tiene una batalla geoestratégica entre manos.
En declaraciones por la mañana junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Von der Leyen recalcó la importancia de “eliminar riesgo” de sus economías, el término empleado por la UE para marcar distancias con Beijing por temor a que China pueda volverse tan poderosa como inversionista como para controlar los países a distancia.
Lula, por su parte, dijo que conforme Brasil avanza en su desarrollo, “tenemos una actividad intensa en Brasil, queremos compartirla con nuestros socios de la Unión Europea”.
Sin embargo, el equilibrio de poder en América Latina está cambiando.
“Muchas compañías europeas han perdido terreno”, dijo Parsifal D'Sola, director ejecutivo del Centro de Investigación Chino Latinoamericano.
“Hay un interés general en equilibrar la influencia económica que tiene China en todo el mundo, pero en este caso particular en Latinoamérica”, dijo D'Sola.
La UE considera a China como un “rival sistémico” desde hace cuatro años, y ha visto como Beijing arrincona arraigados intereses europeos en África, así como en América Central y del Sur. Hasta el punto de que D'Sola advierte que la flexibilidad y la fuerte inversión china en varios sectores hará difícil arrebatar influencia a Beijing como podrían desear las naciones de la UE.
lunes, 17 de julio de 2023
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