La madrugada de este domingo, la caravana autodenominada Los fantasmas del Caribe reanudó su marcha de Mapastepec a Pijijiapan, en donde pernoctaron para posteriormente cruzar a territorio oaxaqueño, en donde ya se suman a otros grupos de extranjeros.
Tras bloquear la carretera por más de 30 horas, casi medio millar de migrantes aceptó el apoyo del Instituto Nacional de Migración (INM), pero una gran mayoría decidió continuar su viaje en la caravana.
El líder de la organización Pueblos Sin Fronteras, Irineo Mújica Arzate, dijo que no entiende la política migratoria de López Obrador.
“Están aparentando que los contienen, pero en realidad los están dejando transitar libremente. Están presionando para sacarle dinero a Estados Unidos. Se están confabulando con Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití para obtener beneficios”, manifestó.
Visiblemente preocupado, Mújica Arzate señaló que “esta actitud política de López Obrador pone a los migrantes en manos del crimen organizado y bajo el manto de corrupción de los elementos del Instituto Nacional de Migración que, con el apoyo de los cuerpos de seguridad, roban, despojan y violentan los derechos humanos de los hermanos migrantes”.
La caravana que partió el pasado 30 de octubre y que organizó Pueblos Sin Fronteras permitió quitar el tapón de seguridad que montaron para mantener retenidos a miles de extranjeros en Tapachula.
¿Por qué Los fantasmas del Caribe?, se le preguntó.
“El gobierno no los ve, pero todo el mundo sabe que aquí van en busca del sueño americano caminando bajo condiciones inhumanas: “Los otros miles de migrantes vienen caminando por toda la carretera costera, no vienen con nosotros, pero vienen en grupos grandes y pequeños sufriendo”, respondieron.
La mayoría son de Venezuela, Guatemala, Honduras, El Salvador Nicaragua, Cuba y Ecuador.
Adelante y atrás de Los fantasmas del Caribe se observa la movilización de centenares de africanos, cubanos, haitianos y hasta chinos, quienes cargan en la cabeza bultos de ropa y frazadas para protegerse del frío; algunos van con los pies desnudos.
Los migrantes pasan frente a los retenes del INM y la Guardia Nacional sin ser detenidos.
En Tapachula, la salida de los migrantes ha descongestionado las calles, comercios, las filas de los centros de cambio y la venta de comida.
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