Correa Hernández afirmó que tomó la decisión de participar en la contienda interna del partido porque siente la responsabilidad moral y política de que llegué la transformación a Tlalnepantla, y trabajar para que el movimiento que inició el presidente Andrés Manuel López Obrador continúe con la doctora Claudia Sheinbaum.
En ese sentido, resaltó que siempre existe el peligro de que el movimiento de transformación, encabezado por el Presidente y la exjefa del gobierno capitalino, sea víctima del pragmatismo y oportunismo de varios personajes que son tan pobres en sus convicciones que piensan que para ganar un municipio, como Tlalnepantla, lo primero que hay que tener es mucho dinero.
“Creen que participar en una batalla política de esta naturaleza implica venir acompañado de un costal de billetes para comprar voluntades y conciencias para presentarse como un producto de mercadotecnia, un producto chatarra con espectaculares y publicidad”, advirtió.
Tras calificarse como un obradorista utópico, consideró que “lo que necesitamos es tocar corazones, tener en claro los principios de la izquierda, y saber por dónde tiene que ir la transformación desde las comunidades y el pueblo.
“Los obradoristas utópicos podemos acreditar que nuestra práctica y nuestros principios han ido de la mano política y socialmente, por ello creo tener los atributos, como lo son los principios e ideales de la izquierda, para poder coordinar estos trabajos en el municipio de Tlalnepantla”, dijo.
El también dirigente nacional de la Central Campesina Cardenista (CCC) convocó a todos los morenistas, obradoristas y ciudadanos de Tlalnepantla a que conozcan la intención de Max Correa de querer coordinar los Comités de la Defensa de la Transformación, “con el fin de que le echemos el segundo piso al Movimiento que inició López Obrador, y que la doctora Claudia Sehinbaum le dará continuidad, para instalar la Transformación en nuestro municipio”.
Acompañado de simpatizantes y líderes de comunidades de todo el municipio, el diputado de Morena afirmó que caminando con el pueblo y del lado del pueblo se tocan los corazones del pueblo para compartir sus sueños y la utopía.
“Es lo que necesitamos en Tlalnepantla, tener convicciones y principios para ganarle a ese pragmatismo en el que de repente también cae nuestro movimiento, y algunos de sus integrantes”.
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