Franja de Gaza, 22 febrero 2024. Las bombas israelíes sobre Ráfah arrasaron una mezquita y destruyeron viviendas en una de las peores noches de la ofensiva según residentes de la ciudad, mientras el jefe de Hamás se encontraba en El Cairo para participar en unas conversaciones que los gazatíes esperan que puedan conducir a una tregua a tiempo para evitar un asalto total.
Afectados lloraban sobre al menos siete cuerpos en bolsas para cadáveres, tendidos sobre adoquines en el exterior de un depósito de cadáveres de la ciudad, pegada a la frontera egipcia, donde más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes del enclave palestino están ahora amontonados, la mayoría en tiendas de campaña.
Las autoridades sanitarias de Gaza confirmaron 97 muertos y 130 heridos en las últimas 24 horas de ataques israelíes, pero la mayoría de las víctimas seguían bajo los escombros o en zonas a las que los equipos de rescate no podían llegar.
La mezquita de al-Farouk, en el centro de Ráfah, quedó reducida a losas de hormigón, y las fachadas de los edificios adyacentes volaron por los aires. Las autoridades dijeron que cuatro casas fueron alcanzadas en el sur de la ciudad y tres en el centro.
Los residentes dijeron que el bombardeo fue el más intenso desde la incursión israelí en la ciudad hace diez días, que tuvo como resultado la liberación de dos rehenes y la muerte de decenas de civiles.
Las autoridades de Gaza dijeron que al menos 20 personas habían muerto también por el bombardeo de dos casas en una zona central de la Franja de Gaza, la única otra zona importante que aún no había sido asaltada por las fuerzas israelíes en su ofensiva de los últimos cinco meses.
Israel ha amenazado con lanzar un ataque en toda regla contra Ráfah, la última ciudad en el extremo sur de Gaza, a pesar de las peticiones internacionales -incluido su principal aliado, Washington- de que tal acción podría provocar un baño de sangre.
Los residentes que han huido a Ráfah desde otros lugares afirman que ya no tienen dónde ir. Mientras tanto, el ya de por sí escaso flujo de ayuda, se ha agotado casi por completo en las últimas dos semanas, y Naciones Unidas ha declarado que, a menudo, ya no es suficientemente seguro transportarla, lo que ha llevado a los residentes al borde de la hambruna.
Las conversaciones para alcanzar un alto al fuego fracasaron hace dos semanas cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó una contraoferta de Hamás para una tregua de cuatro meses y medio que terminaría con una retirada israelí.
Hamás, que se cree que sigue reteniendo a más de 100 rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre, afirma que no los liberará a menos que Israel acepte poner fin a los combates y retirarse de Gaza. Israel afirma que no se retirará hasta que Hamás sea erradicada.
Pero la llegada del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, a El Cairo esta semana para su primera visita anunciada públicamente desde diciembre ha sido la señal más clara desde hace semanas de que las negociaciones continúan.
Haniyeh se ha reunido con representantes egipcios que participan en la mediación, pero hasta ahora poco se ha dicho en público sobre las conversaciones.
Sami Abu Zuhri, un alto cargo de Hamás, dijo a Reuters que Israel estaba dando marcha atrás en las condiciones que ya había aceptado a principios de febrero en una oferta de alto el fuego negociada con EU y mediadores egipcios y qataríes en París.
jueves, 22 de febrero de 2024
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