Veracruz, 24 marzo 2024. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo el viernes que no combatirá a los cárteles mexicanos de las drogas por órdenes de Estados Unidos, en una de las más claras explicaciones sobre su negativa a confrontar a los grupos del crimen organizado.
Durante su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado varias justificaciones en torno a su política de evitar chocar con los cárteles y que popularmente se le ha conocido como “abrazos, no balazos”, una frase que ha repetido en varios momentos. En el pasado, ha dicho que no se puede enfrentar la violencia con violencia y en otras ocasiones ha argumentado que el gobierno tiene que enfrentar “las causas”, que dice son la pobreza y la falta de oportunidades.
Sin embargo, el viernes, el presidente dejó en claro que ha sido parte de una política que llamó “Primero México”.
“No vamos a actuar como policías de ningún gobierno extranjero”, dijo López Obrador durante su conferencia matutina diaria. “Primero México. Primero nuestra casa”.
López Obrador básicamente argumentó que las drogas son un problema de Estados Unidos, no de México. Ofreció ayudar a limitar el flujo de estupefacientes al país vecino del norte, pero sobre todo —dijo-- por razones humanitarias.
“Desde luego que sí ayudamos y cooperamos en el combate a las drogas, sobre todo porque ya se convirtió en un asunto muy delicado, triste, humanitario, porque pierden la vida muchos jóvenes en Estados Unidos por el fentanilo”, dijo el presidente.
Como muchas de las políticas de López Obrador, esta visión en materia de narcotráfico se remonta a la década de 1970, cuando muchos funcionarios en el país creían que la venta de drogas de los cárteles a los estadounidenses era un problema de Estados Unidos, no de México.
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