China, 24 marzo 2024. El costo de enviar naves fuera de la órbita terrestre es uno de los principales factores a considerar al planificar una misión de exploración espacial. Para la mayoría de las naciones con aspiraciones espaciales es imperativo reducir el gasto de combustible asociado al despegue o bien, disminuir el número de lanzamientos por año. China está trabajando en una solución alternativa que recuerda a las novelas clásicas de Julio Verne: disparar sus naves a través de un cañón.
El Gobierno chino intenta replicar esa idea, pero con tecnología de última generación. En lugar de usar pólvora, como un arma convencional, su cañón experimental implementa el electromagnetismo. Sus científicos trabajan en la construcción de un cañón de riel enorme capaz de impulsar naves de 50 toneladas a una velocidad de 1.6 Mach o 549 metros por segundo (equivalente a 1,957 kilómetros por hora).
Por la potencia de disparo y el desgaste de los materiales, los cañones de riel tienen los “disparos contados”. China advierte que ya tiene la solución para ese problema.
El plan para ahorrar en combustible de cohete parece avanzar sin contratiempos, según asegura el diario South China Morning Post. El proyecto, llamado ‘Tengyun’, se inició en 2016 y es único en su tipo en el mundo, al menos de lo que públicamente se expone. Aunque todavía se encuentra en fase de pruebas, los expertos ya lanzan objetos en una pista de dos kilómetros de longitud para alcanzar velocidades de mil kilómetros por hora.
Los cañones de rieles electromagnéticos o ‘railguns’, son sistemas con los que la ciencia ficción ha fantaseado por décadas. Esencialmente parecen catapultas que utilizan el poder de imanes y la corriente eléctrica para acelerar proyectiles a velocidades supersónicas. Dicha tecnología se estudió desde un principio con fines bélicos, por lo que su uso como propulsión de naves representa territorio inexplorado.
La idea de utilizar ‘railguns’ en lugar de combustible es atractiva para todas las naciones, pero incluso las potencias tecnológicas han renunciado a su investigación debido a los altos costes y la falta de resultados aplicables al contexto diario. Según un reporte de The Defense Post, en 15 años, el Departamento de Defensa de Estados Unidos invirtió 500 millones de dólares en un proyecto de cañón electromagnético sin obtener datos satisfactorios. En 2021, el ejército puso fin al sueño y se decantó por otras tecnologías, como los enjambres de drones controlados por Inteligencia Artificial.
Los ingenieros chinos están convencidos de que la tecnología de propulsión por rieles electromagnéticos es viable y segura para cualquier piloto que utilice este sistema. Las naves que utilicen el ‘railgun’ todavía deberán hacer uso de combustible, pero la cantidad necesaria será considerablemente menor, especialmente durante la primera etapa del despegue. Para contextualizar, los cohetes Saturno V que usó la NASA durante las misiones Apolo utilizaron cerca de 770 mil litros de queroseno para los primeros instantes de vuelo, por despegue.
domingo, 24 de marzo de 2024
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