"La cuestión de la propiedad de Crimea y Sebastopol está cerrada. La península es parte integral de la Federación de Rusia", declaró el canciller.
Hace diez años, el 16 de marzo de 2014, en un referéndum los residentes de Crimea "determinaron de forma independiente y consciente su futuro reuniéndose con Rusia", recordó Lavrov. "De esta manera ejercieron su derecho a la autodeterminación, en plena conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración de Principios de Derecho Internacional", agregó.
Refiriéndose a los eventos posteriores surgidos en el este de Ucrania tras el golpe de Estado, el canciller ruso calificó la decisión de celebrar el plebiscito como "la única correcta", ya que "hizo posible proteger la vida, el honor y la dignidad de los crimeos de las usurpaciones del régimen rusófobo de Kiev".
"Todos recordamos bien aquella primavera terrible y alarmante en la que, como resultado de un golpe sangriento, los neonazis tomaron el poder en Kiev", continuó Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa también habló de los denominados 'trenes de la amistad', que "fueron equipados por los seguidores ideológicos de [el nacionalista ucraniano Stepán] Bandera para reprimir a los habitantes de la península que no querían traicionar sus valores, cultura, historia y las tradiciones centenarias de sus antepasados".
"Las sanciones posteriores contra Crimea, los sabotajes contra las líneas eléctricas, los bloqueos de transporte, energía y agua solo fortalecieron a los crimeos por su correcta elección", argumentó el ministro.
Muchos de los problemas "heredados" de Ucrania ya han sido superados, destacó Lavrov. "Se han implementado y se continúan implementando proyectos a gran escala para promover la reactivación y renovación de Crimea, así como una mayor integración en el espacio político, legal y socioeconómico de Rusia, además de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos", agregó.
Como un ejemplo, el canciller citó el puente de Crimea, calificándolo como el "símbolo más vistoso de la reunificación con Rusia", así como el nuevo aeropuerto de la ciudad de Simferópol y otras importantes obras de infraestructura social y cultural.
"En Crimea se respetan estrictamente los derechos de todos los ciudadanos sin excepción, independientemente de su nacionalidad y preferencia lingüística. El ruso, el ucraniano y el tártaro de Crimea son los idiomas estatales de la República [de Crimea] y su estatus está protegido por ley", destacó Lavrov, mencionando también el "desarrollo sostenible de las relaciones exteriores de Crimea y Sebastopol", apoyados por la Cancillería rusa.
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