Este aumento, aunque significativo, sigue siendo insuficiente frente al costo de vida y podría ralentizar la recuperación del mercado laboral del país, que aún no alcanza los niveles previos a la pandemia, según expertos.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, afirmó que esta medida es un paso hacia una sociedad más justa con mejores salarios y menor desigualdad.
Antes de su mandato, el sueldo mínimo era de 374 dólares (350,000 pesos chilenos), incrementándose gradualmente hasta alcanzar los actuales 535 dólares, cumpliendo una de las principales promesas de su Gobierno.
El aumento del salario mínimo en Chile tiene un impacto desigual en diferentes sectores. Fernando Cabrales, economista y académico de la Universidad de Tarapacá, señaló que las industrias intensivas en mano de obra, como la de aseo y vigilancia, serán las más afectadas.
Sin embargo, las industrias más dinámicas, como la minera, exportadora o bancaria, no sufrirán un impacto directo significativo.
En el contexto actual de inflación, que acumula un 3.5% en lo que va del año, este nuevo salario mínimo queda por debajo de la línea de pobreza, estimada en alrededor de 642 dólares (600,000 pesos chilenos).
Cabrales explicó que, aunque el incremento salarial sigue el ritmo del aumento del costo de vida, no es suficiente para superar la línea de pobreza para quienes trabajan ocho horas diarias.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que tienden a pagar salarios cercanos al mínimo, serán particularmente afectadas por este aumento. Para mitigar este impacto, el Gobierno chileno ha incluido un subsidio para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y cooperativas hasta 2025. Este subsidio varía según el tamaño de la empresa y beneficiará a unas 180,000 mipymes.
A pesar del incremento, el salario mínimo en Chile sigue siendo bajo en comparación con el costo de vida en el país. Cabrales mencionó que, aunque el salario mínimo chileno es alto en términos nominales, no tiene el mismo poder adquisitivo que en otros países con costos de vida más bajos.
Por ejemplo, los 535 dólares en Chile no compran lo mismo que los 460 dólares en Ecuador, debido a la diferencia en el costo de vida entre ambos países.
Rodrigo Saens, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, advirtió que los aumentos salariales deben ir acompañados de incrementos en la productividad del trabajo.
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