Esta medida, que tendrá efectos a partir de 2025, beneficiará a millones de trabajadores, especialmente en las zonas fronterizas, donde los salarios se ajustarán de 249 pesos a 374 pesos diarios, lo que representa un cambio significativo en comparación con los años anteriores.
La aprobación de esta reforma surge en un contexto donde el salario mínimo en México ha sido un tema de discusión constante.
Desde la tribuna, la diputada panista Martha Amalia Moya expresó que, si bien el aumento del salario mínimo es necesario, sin políticas complementarias que impulsen la formalización del empleo, existe el riesgo de incrementar la informalidad laboral, reducir la productividad y, en consecuencia, aumentar la desigualdad social.
Estas preocupaciones no son menores, ya que el impacto de una subida salarial podría generar efectos contraproducentes si no se manejan adecuadamente.
El debate no solo se centró en los beneficios económicos del aumento salarial, sino en las implicaciones a largo plazo para el país. La diputada priista Graciela Ortiz destacó la importancia de una equidad inclusiva y sostenible, motivo por el cual el Partido Revolucionario Institucional dio su respaldo a la reforma.
Este consenso bipartidista refleja la necesidad de cambios estructurales en la política salarial de México, que históricamente ha sido insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores.
Por otro lado, el diputado Reginaldo Sandoval, del Partido del Trabajo, recordó que durante los últimos 36 años, los incrementos salariales fueron “raquíticos” y no lograron superar la inflación.
Según Sandoval, fue con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador que se revirtió esta tendencia, logrando un incremento del 110% en términos reales, una cifra sin precedentes en la historia reciente de México.
La reforma aprobada por la Cámara de Diputados modifica el artículo 123 de la Constitución Política, específicamente la fracción VI del Apartado A, y añade un tercer párrafo a la fracción IV del Apartado B, estableciendo el aumento salarial en función de la inflación.
Tras esta aprobación, la reforma pasará al Senado, donde se espera una nueva discusión para su posible aval. Una vez aprobada en la Cámara alta, la reforma se remitirá a las legislaturas locales, requiriendo el apoyo de al menos 17 de ellas para que entre en vigor.
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