CDMX, 25 noviembre 2024. El gobierno de la presidenta Claudia Scheinbaum propuso a la Cámara de Diputados la desaparición del Estímulo Fiscal al Deporte de Alto Rendimiento, mejor conocido como Efideporte, por considerar que no cumplió con el objetivo de generar más y mejores deportistas de alto rendimiento ni para construir y remodelar infraestructura deportiva.
En la Ley de Ingresos 2025 se propuso a los legisladores que para el próximo ejercicio fiscal se suspenda el Efideporte para permitir “una redistribución más eficiente de los recursos hacia programas que beneficien a un segmento más amplio de la población”.
En la exposición de motivos, el gobierno federal argumentó que se ha observado que los resultados alcanzados por el Efideporte no han generado la inversión esperada en infraestructura ni ha contribuido de manera significativa al desarrollo de atletas líderes a nivel internacional, “por lo que la baja participación del sector privado en proyectos deportivos de alto rendimiento sugiere que el incentivo fiscal no es el factor determinante para promover estas inversiones”.
El Efideporte es un estímulo fiscal previsto en el artículo 203 de la Ley del Impuesto sobre la Renta que comenzó a operar desde 2017 con la finalidad de que las personas físicas o morales (empresas) puedan aportar hasta 10% del ISR que les corresponde pagar cada año a programas dirigidos al deporte de alto rendimiento (PAA) o a proyectos de infraestructura e instalaciones deportivas (PII), cuyo costo no supere los 20 millones de pesos por proyecto.
De esa manera, los contribuyentes podrán acreditar en su declaración anual el monto de su aportación contra el pago del ISR que les corresponde supuestamente en beneficio del deporte nacional y de los atletas mexicanos.
No obstante esto no ha sido así. Proceso publicó dos reportajes en los que dio cuenta de la manera en la que el dinero del Efideporte fue desviado, en uno de los casos no se construyó una pista de salto ecuestre para los seleccionados mexicanos de pentatlón moderno y en el otro en lugar de edificar un centro de alto rendimiento para los deportistas de Mazatlán, el beneficiado fue el club Mazatlán FC, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, quien se autoconstruyó unas canchas de futbol en un terreno propiedad del gobierno del estado de Sinaloa.
Además, el Efideporte adolece de dos severos problemas: 1) no es un programa auditable y nadie vigila el cumplimiento del mismo 2) los montos de dinero que se autorizan para los PII y los PAA deben gastarse por completo de tal suerte que si una obra cuesta menos del presupuesto con el cual fue autorizado el dinero no puede ser pagado al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Estos candados fueron impuestos por los servidores públicos que rodeaban a Alfredo Castillo, director de la Conade, quienes crearon las reglas con las que opera el Efideporte. Por ello, un estímulo fiscal que en el papel parecía que sí beneficiaría al deporte mexicano se convirtió en una oportunidad para que empresarios y funcionarios de distintas dependencias gubernamentales lucraran y desviaran ese dinero a sus propios bolsillos.
Para el siguiente ejercicio fiscal el Comité Interinstitucional que autoriza los proyectos a realizarse ya tiene consideradas cinco propuestas que en su conjunto suman 73.1 millones de pesos que el gobierno federal dejaría de recaudar. La próxima sesión donde se tendría que tomar la decisión final tendrá lugar el 28 de noviembre, sin embargo, una vez que se apruebe la Ley de Ingresos todo dará marcha atrás.
Los proyectos para 2025 que están a punto de ser autorizados no son muy diferentes a los que se ejecutaron en años anteriores ni tampoco las empresas contribuyentes ni quienes los realizarán. Uno de ellos beneficia otra vez al ecuestre con 19.9 millones de pesos que la empresa Máquinas Diesel SA de CV dejará de tributar para crear una academia de talentos de jinetes en México, Estados Unidos y Bélgica.
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