Además, la gobernante respondió también a la promesa de Trump de cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de Estados Unidos después de asumir el poder el 20 de enero, recordando que la primera denominación es reconocida internacionalmente por Naciones Unidas.
La presidenta afirmó "es falso", en respuesta a la pregunta de una reportera respecto a los comentarios del próximo mandatario estadounidense sobre el poder de los grupos del narcotráfico en la nación latinoamericana.
"Tenemos un déficit enorme con México, y ayudamos mucho a México. Esencialmente están dirigidos por los cárteles, y no podemos dejar que eso ocurra, porque México tiene realmente problemas, muchos problemas, es un lugar muy peligroso", afirmó el republicano el martes en una comparecencia ante periodistas.
Sheinbaum dijo que "a lo mejor" Trump "tuvo una mala información" y piensa que en México todavía gobierna el conservador Felipe Calderón (2006-2012) con su secretario de seguridad, Genaro García Luna, condenado por narcotráfico en la nación vecina.
"En México gobierna el pueblo, porque la presidenta fue elegida por el pueblo de México y estamos atendiendo el problema de la inseguridad", sostuvo, al tiempo que pronosticó que el Gobierno va a tener "una buena relación" con el de Trump y que va a colaborar con él en las áreas más importantes.
Esa colaboración será respetando la soberanía mexicana, e incluirá la lucha contra el tráfico ilegal de drogas, dijo, pero agregó que le interesa mucho atender el ingreso de armas de fuego desde Estados Unidos que acaban en manos del crimen organizado en México.
Además, Trump sorprendió con su propuesta de cambiar el nombre del Golfo de México a "Golfo de América", afirmando: “Suena muy bien y abarca una gran extensión de territorio. Qué nombre tan hermoso. Y es apropiado, realmente lo es”.
La presidenta respondió también a esta propuesta, destacando que el Golfo de México es un nombre reconocido internacionalmente, respaldado por organismos como la ONU. Sin embargo, en tono de ironía, Sheinbaum propuso a su vez un cambio de nombre para América del Norte, sugiriendo llamarla “América Mexicana”.
“¿Por qué no le llamamos América Mexicana? Se oye bonito, ¿no?”, expresó, argumentando que el nombre tiene raíces históricas y que una gran parte del territorio que ahora es Estados Unidos alguna vez formó parte de México.
Anticipando una política exterior agresiva, Trump señaló el martes que no descarta el uso de la acción militar o económica para conseguir que Estados Unidos obtenga el control del Canal de Panamá y Groenlandia, parte de una agenda expansionista que ha promovido desde que ganó las elecciones del 5 de noviembre.
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